Los mazos de cables se caracterizan por su meticuloso diseño y organización. Cada alambre y cable dentro del arnés se selecciona, mide y corta cuidadosamente a la longitud requerida. A continuación, los cables se agrupan utilizando diversas técnicas, como cinta, trenzado o manguitos de plástico, y se aseguran con conectores a intervalos específicos. Esta estructura organizada mejora la eficiencia, confiabilidad y capacidad de mantenimiento general del sistema eléctrico.