La producción de cables de alimentación sigue un flujo de proceso sistemático. Comienza con la selección de materiales de alta calidad, incluidos conductores, aislamiento y revestimientos exteriores. Los conductores se cortan, se pelan y se retuercen para crear la configuración deseada. A continuación, los conductores se terminan con enchufes o conectores, y todo el conjunto se somete a pruebas para garantizar el correcto funcionamiento y el cumplimiento de las normas de seguridad. El paso final consiste en el embalaje y la distribución de los cables de alimentación a los proveedores o usuarios finales.